miércoles, 5 de marzo de 2008

Magnus

Sección Informativa
Magnus se quiere suicidar. Simplemente no es feliz, ni lo va a ser porque no se siente vivo. Su padre, que no ha ejercido como tal hasta la fecha, intenta acercarse a él tras un intento de suicidio, aunque no termine de encontrar la manera de hacerlo.
Pero la historia de Magnus no sólo habla de un chico que se mentalizó de que iba a morir y quiso hacerlo.
Habla de la incapacidad de mucha gente por sentir, de la incomunicación entre padres e hijos, de cómo los ambientes más sórdidos actúan sobre las personas y sobre su felicidad... Aún así, no resulta una película triste ni melancólica, pues está salpicada de humor debido al modo de vida del padre, de sus principios y su afición a las drogas y las mujeres.
Lo último que piensas aunque sepas que Magnus se basa en una historia real, es que al final de la película leerás Mart Laisk as himself refiriéndose al padre del joven suicida, que al final expone sus razones y pensamientos sobre lo que significa dejar ir a un hijo.
El papel de Magnus recae en Kristjan Kasearu, cantante muy conocido en Estonia que consigue darle una dimensión y una ternura al personaje, pese a tratarse de un joven ausente y perdido, que no parece reaccionar ante nada.
La joven directora Kadri Kõusaar, que con trece años ya publicaba viñetas y columnas, con veintiséis consigue con su primer largo hacer una buena adaptación de la historia, con una realización sorprendente.
Primeros planos, texturas, luces y enfoques singulares, y movimientos de cámara sinuosos, envolventes e incluso mareantes, son algunos de los factores que hacen de esta película algo para recordar. El guión ayuda, con sus reflexiones, sus puntos cómicos y sus momentos más complejos.
La primera película estonia en la selección oficial de Cannes, llega a Las Palmas para que conozcamos lo que se hace en la otra punta de Europa.
Patricia Arnaiz

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